miércoles, 20 de mayo de 2009

películas paralelas 1

Eliana vive con Nicanor, ambos menores de veinticinco comparten su vida en un pequeño departamento de la ciudad. Ella estudia cine y él es un adicto en recuperación hijo de familia bien. Eliana también usa droga, pero de manera más controlada, siempre tiene su paquete de yerba que le ayuda al llegar a la casa a quitarse la ansiedad y poder ver en la televisión todos los programas basura. Él prefiere un par de pastillas inductoras del sueño. Son como dos adultos, pero en realidad son un par de niños. Les he tomado mucho cariño.

Al ir hacia el rodaje de éste cortometraje donde trabajamos juntos Eliana y yo, aparece un amigo de ella en medio de una transitada avenida de la ciudad, entre los coches hace un tránsito para saludarla y pedirle un pipazo, dale, acolítate... y ella que sí, que bacán, abre su mochila, pellizca un poco de yerba y mientras hace esto, los coches esperamos a que se descongestione la rotonda, él marca el número de su novia, que es amiga de Eliana, y la pone al teléfono... hola Mariana, qué fue ve, chuta, ya no puedo, me voy aurita, chau... Los coches ya tocan el claxon y él agradece por la yerba y yo arranco el coche. Dos calles más abajo suena el teléfono de Eliana y es él nuevamente para decirle que si quiere que le regale un teke de coca, que un brujo despistado le regaló cuando lo que él quería era yerba, sí, clarof, regálate loco!, espera, quedemos más chance, no sé, por aquí cerquita, en el Burger King de la Orellana... Yo entiendo y doy una vuelta de ciento ochenta grados el coche y vamos rumbo hacia donde fue el fugaz encuentro previo. Él le da el teke y a cambio pide más yerba, que era muy poquito... ella accede y ya estamos rumbo al rodaje.

Mientras yo ayudo a montar la primera escena veo que Eliana, con una sonrisa cómplice, entra al baño y cierra la puerta.

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