miércoles, 22 de diciembre de 2010

Pecado nefando*

Así se llamaba en la inquisición a la homosexualidad, pese a lo cual en el renacimiento, floreció en toda su expresión, como renacieron las artes, las letras y el pensamiento. El desarrollo del capitalismo, posteriormente, junto con la expansión que ya habían afianzado las iglesias católica y protestante dentro de su papel en la acumulación del capital, coronó a los imperios contemporáneos de un sólido constructo cultural, donde el deseo humano, la expresión de su raíz más sensible (y al decir sensible, pienso en el idioma inglés que no discrimina sensaciones de la sensibilidad), en pos de la idea de éxito, machista y dominante.

Es de admirarse cómo en Ecuador las ideas con las que la iglesia católica regía en el medioevo por sobre ciencia y tecnología, no han dejado de gobernar. En nuestra pintoresca idiosincrasia se pueden expresar valores inquisitoriales, lengua española vernácula y ciertos platos típicos, muy sabrosos por cierto, donde sangre, tripas y corazones humean con la mejor de las correcciones políticas contemporáneas y la tecnoburocracia del siglo XXI. Ahora, aunque el Kichwa no fue elevado a lengua oficial, alardeamos, sobretodo en el gobierno, para descifrar y militar en una idea de Sumak Kawsay de la que poco sabemos, poco conocemos y poco aprendemos, mientras se sige negando el lugar de jerarquía lingüística que el castellano ostenta. Así, muchas incoherencias de forma parecieran que no se relacionan, pero abundan en las grandes directrices de quien gobierna sobre y con la bandera verde de Carondelet.

Veamos.

El seis de septiembre de este año, el ministerio de salud, expide el REGLAMENTO CONTROL A CENTROS DE RECUPERACION A PERSONAS CON ADICCION, la fecha es la de su publicación en el Registro Oficial. Dicho reglamento se expide con la intención de regular el funcionamiento de estos centros. Su promulgación revela un espectro de la política anecdóticamente inclusiva de este gobierno. Digo anecdótica porque al igual que en la Constitución de Montecristi, donde un libérrimo abreboca nos oferta vivir en un país donde se garantiza la igualdad y los derechos fundamentales para todas y todos, más adelante, cuando tiene que hablar de matrimonio, se les niega ese derecho a los ciudadanos homosexuales, y ni que decir tiene la absoluta invisibilidad para los transgeneristas (ciudadanas y ciudadanos con diversa identidad de género), quienes pareciera que no tienen derecho a encontrar una pareja, casarse y procrear o en el peor de los casos adoptar. No obstante, en este país, en la actualidad, es políticamente incorrecto decir que no disfrutamos de una igualdad socialista.

Al mencionado decreto, que tiene a mal firmarlo la Ministra de Salud encargada, Doctora Ximena Abarca, le sobran contradicciones y además incurre torpemente en violaciones a la lógica de los derechos humanos más simple. Empieza, en los considerandos mencionando la, muy real, exclusión de la homosexualidad del manual de enfermedades psiquiátricas de Estados Unidos, canon de normalización en la sociedad capitalista occidental, pero en el artículo NUEVE, dice que “se fomentará la creación de centros especializados para su tratamiento, así como de pacientes duales (psiquiátricos adictos), adolescentes con trastornos conductuales y de personas con trastornos en su identidad u orientación sexual primaria a su adicción…”

La silenciada asambleísta alterna Sandra Álvarez, inquirió duramente en un correo electrónico a activistas y organizaciones GLBT ecuatorianas, de mediados de septiembre: ¿Qué consideran las personas responsables de la redacción de este documento como trastornos en su identidad u orientación sexual primaria?

Los movimientos homosexuales del mundo entero están de pie, trabajando en conjunto en el proyecto STOP2012, año en el que se revisará de nuevo el mencionado manual americano de patologización para abolir de sus lista a la transexualidad. Si, los homosexuales luchan por esta causa es precisamente porque en un país del primer mundo o en una banana republic tanto ciudadanas y ciudadanos con distinta orientación sexual o identidad de género pueden sufrir esta discriminación que el Ministrio de Salud de nuestro país está cometiendo y de la que quieren salir de rositas.

La existencia de clínicas de desomosexualización, en Ecuador, es un hecho.

Al margen de vuestra rectificación, señores y señoras del Ministerio de Salud, deben asumir ustedes y todo este gobierno que: o se es militante de los derechos fundamentales o simplemente se es el cómico que caricaturiza y margina al ser humano.






*Columna de opinión publicada en la Revista Vanguardia n271.