domingo, 20 de febrero de 2011

Islandia



Pensar en arreglar
siempre es malo.

El amor es lo único posible entre dos,
aunque la tierra gire, las tardes decaigan,
los gatos miren indefensos y tontos
con sus miradas de cerebros
de tres centímetros cúbicos.

Siempre que despierto lo sé.

Porque tú estás a mi lado.

Aunque hables en islandés
y por no tener que explicarte,
te calles.

Yo en tu silencio.

lunes, 14 de febrero de 2011

movimiento

Dormir y escapar. Más bien desembocar en el sueño, Mi cuerpo se desliza a la comodidad desde lo imposible del hoy. El sueño que viste las ideas de un olor a verdad.
Me asusto.
Rompo y me asusto. Luego mi cuerpo es el límite imposible.

Estar no es agradable.

El habitar pequeñito me gusta.

Yo lo sé

miércoles, 2 de febrero de 2011

Contracorriente/Undertow*

La resaca del cine gay
ⒸLeón Sierra Páez



La programación de Contracorriente en la parrilla comercial de OCHOYMEDIO es un gran acierto y esta afirmación está sustentada en el imparable éxito de este filme en varios festivales del mundo, incluidos dos de nuestras muestras más importantes: Cero Latitud y El lugar sin límites. Es una apuesta por construir una estética clara del cine posible para la audiencia posible y la que se desea crear y nutrir en nuestro medio.


Dos hombres en escena: guapos , exultantes de sexualidad. En estreno Contracorriente,
filme peruano de Javier Fuentes-León, este mes en OCHOYMEDIO.


La cinta del realizador peruano Javier Fuentes-León, ópera prima, es una delicada mirada sobre varios tópicos que el cine contemporáneo intenta enfrentar de varias maneras, sin el interesante acierto que posee esta cinta.

Género: Cine Gay. Y este temerario tag, que como cualquier taxonomía, encierra y congela, es superado en los límites del lenguaje audiovisual con herramientas técnicas –y con esto no me refiero a lentes o lámparas–, con las que abordan la narración homo erótica, se supera en retórica, poética y política. Suficientemente manoseado el tema de chico conoce a chico, una vez que incluso la parodia gay buddy movie ha empalagado y pervertido la imagen del cine mundial, presa de la ola mercantil del boom rosa, es en este estupendo filme cuando las transversalidades sociales y económicas le aportan la distancia suficiente para ser mirado con atención y gozo: dos hombres en escena de cama, guapos, exultantes de sexualidad logran un buen contrapunto con la norma pene-vagina-pose del misionero.

Es curioso que mientras más se discute en nuestro medio sobre la necesidad del mencionado cine de género, las cinematografías también emergentes como la peruana, nos dan claves certeras sobre el codiciado mito del género en cine. Una ghost movie, donde la visibilidad de un muerto es polisemia, dotando de otro significado a aquella otra visibilidad imposible del amor entre dos hombres. Así, perfectamente, puede el realizador hablar del otro género, el que nos interesa, el de la identidad de género, que manifiesta, pone en evidencia, devela una relación homosexual en un país de nuestra América.

La trama que entreteje, al mismo tiempo, sin justificar, estas dos ideas anteriores, y se agarra de otra hebra narrativa, el realismo mágico. Esto me recuerda a que Rauda Jamis, en la biografía de Frida Kahlo se esmeró en contar que cuando André Breton, el macho dominante del surrealismo mundial, autoproclamado gerente-propietario del movimiento artístico desde la metrópoli parisina, conoció la obra y la persona de la pintora mexicana, le dio la bienvenida oficial al surrealismo, a lo que ésta contestó con una sabia negativa: “Señor Breton, yo no soy surrealista, yo pinto mi realidad”. La realidad americana, donde un machismo atávico y católico campea con otro catolicismo del siglo veintiuno, ambos fervientes fustigadores del amor entre dos hombres, son paradójicamente personajes de una realidad que se brinda construida y estética a los ojos de un cineasta inteligente como Fuertes-León y de un espectador despierto que al mismo tiempo tenga el deseo de entregarse al placer de ver y verse a sí mismo desde un lugar de enunciación ubicuo y sorprendente.

Contracorriente es una refrescante resaca, curada con cebiche peruano, que nos libera de varias ataduras del cine de autor. Cine para disfrutar, cine sin complejos.



*Articulo publicado en OCHOYMEDIO.