jueves, 3 de septiembre de 2020

Kuleshov: el lapsus de la Ministra*



Hay un sistema de acuerdos sociales que nos constituye y que está derrumbándose estrepitosamente ante nuestros ojos y bajo nuestros pies. Es el antiguo régimen político y cultural que usamos para decir que somos, y quienes somos: Ecuatorianos, Latinoamericanos, Amerindios, blancomestizos, etc.

Un compendio de significantes, como lo hubiera pensado, en su momento, Lacan, que simplemente no significan nada: somos un lenguaje.

El relativismo contemporánero, que de tanto usarlo, ha desgastado la posibilidad de referencia, de eje especular en el cual mirarnos, mirar al otro y reconocernos, nos cuenta que vivimos en medio de una tormenta violenta de malas noticias y parece que hemos desaprendido a tomar la mano de quien está al lado nuestro para salvarnos de la catástrofe.

El treinta de agosto del año que discurre, que más que discurrir parece una recurrencia, la revista Mariela publicó, en la portada de su edición número dieciocho, una foto de la Ministra de Gobierno del Ecuador, María Paula Romo, producida como una artista mediática de la cultura POP, luciendo una sorprendente blusa estampada con una imagen turbadora: una mujer, en estado de perplejidad, shock, angustia, con un ojo entreabierto y otro difuminado por lo que parece ser su desaparición en la órbita que lo sostenía, y todo su contenido, disolviéndose en un humor negro que chorrea por su cara. La foto publicita, entre otras cosas, el artículo central de lo que parece constituir a esta revista.
El día uno de septiembre, día en que escribo estas reflexiones y argumentos, una artista de nombre Michelle Merizalde hace una publicación en  su página de Facebook, declarando que la blusa con la que la actual Ministra de Gobierno hace su posado sonriente y provocador, tiene estampada una obra suya, que ella ha donado en derechos de imagen a la empresa Mayta, “una empresa ecuatoriana de diseño de ropa de alta calidad, que trabaja con varios artistas”. 

Efectivamente, si vamos a su perfil de instagram, Mayta tiene sendas colecciones de fotografías de ropa, aparentemente impregnada de una serie de obras de arte, mayoritariamente con florituras, motivos vegetales, geométricos y bastantes mujeres sin ojos. Parece ser que el motivo de la mujer sin uno de sus ojos, o con uno de sus ojos cortados, decapitados, guillotinados, es un leit motiv que presentifica la razón del feminismo contemporáneo de algunas artistas contemporáneas de nuestro país. Por otro lado, esto no es nuevo , en el mundo del Arte Moderno, si pensamos en la maravillosa imagen que Luis Buñuel nos diera en su surrealista Un Chien Andalou, ya en 1929.

                                        

Merizalde hace un statement, una declaración de principios, en su publicación de Facebook, que parecer que más bien está descontenta con la gran nube de comentarios que ha poblado las redes sociales en estos dos últimos días. Como este mismo medio recoge en su reseña del día de hoy, “varios activistas sociales” han repudiado la imagen de una Ministra de Gobierno con una responsabilidad directa en la represión de las fuerzas del orden en los sucesos de octubre, donde muchos ciudadanos y ciudadanas perdieron sus ojos, porque fueron baleadas con pelotas de goma y bombas lacrimógenas apuntadas a los cuerpos, vamos, que les dieron bala y plomo, como se dice vulgarmente. La artista dice que es un absurdo, ya que su obra fue creada en 2015, y la blusa salió al mercado en 2017. PlanV incluso apunta a que la Ministra Romo, compró hace dos años esta prenda y que es de ella, está en su poder. 

De acuerdo con estos hechos y declaraciones, la obra fue creada antes de octubre pasado, y esto quiere decir que no está inspirada directamente con los sucesos. Tampoco se nos invita a vincularla indirectamente a ellos porque la artista cree que lo que ella plasmó en esos trazos es única y exclusivamente lo que ella cree que es, es decir, que ella misma leresta a su obra de arte la posibilidad de resignificarse en el tiempo o en la mirada del otro.

El arte es un ejercicio de confluencia de subjetividades, eso parece que está claro para todo el mundo. Una vez llegado a este punto, habría que hacer reflexionar a la artista sobre el valor de su obra, que, al parecer, es mayor que el que ella misma le adjudica. 

En resumen, parece que todo es solo eso: una decisión comercial de una firma de ropa que, con la elección marketera de la Ministra de la Política, elección consciente con la que se tomó la foto para la portada de un medio de comunicación, posteriormente a los sucesos de octubre y mientras está el ojo del huracán de las críticas a su gestión política, es decir de la polis, de la ciudad, de la ciudadanía, le revierte a la obra otra lectura simbólica. 

En los años veinte del siglo pasado, es decir hace un siglo, Lev Kuleshov, cineasta soviético, demostró que con el montaje, se puede construir un discurso. Una línea discursiva alimentada por dos elementos aparentemente sin relación o filiación ninguna, pero que ordenados simultáneamente, contiguamente, continuamente, constituyen un tercer significante independiente: plato de comida cara: hombre hambriento; niña en un ataúd y cara, hombre triste; y, mujer extática en el diván y cara: hombre enamorado.

Inconscientes al lenguaje cinematográfico, diversos activistas de derecha y de las corporaciones empresariales, y la propia artista, y los medios de comunicación, se han manifestado en contra de Kuleshov, o de una lectura kuleshoviana del suceso. La que no pareciera inconsciente es la Ministra, veamos:
La responsable de las fuerzas de seguridad del estado, de su accionar, elige sacar de su armario un esqueleto que le queda “de perlas” para la sesión de fotos de la portada de una ficticia revista de dieciséis páginas, donde ella se explaya en defender su gestión. ¿Un simulacro voluntario de control político, que no lo hace la institución a la que le compete, llámese Asamblea Nacional?

Para terminar. El artículo central de la revista, es apenas un extracto de una entrevista hecha para el canal de YouTube de la periodista al mando de su propio emporio comunicacional: Mariela Viteri. En el intro de la entrevista, que también se transmite en directo por una radio, aparece un despliegue de una de las verdaderas fortalezas de la entrevistadora: la pauta comercial: hasta 19 (diecinueve) empresas contratan pauta con este emporio comunicacional, entre ellas el Municipio de Quito y el Municipio de Guayaquil, bancos y demás.

Elecciones, todas ellas, como un lapsus freudiano, donde se asienta la profunda verdad, la que está "más allá", aquella que tiene que ver con lo real, no con la realidad.




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* Artículo publicado por PlanV el 2 de septiembre de 2020 ( https://www.planv.com.ec/ideas/ideas/kuleshov-el-lapsus-la-ministra )

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