jueves, 15 de septiembre de 2016

LARA (Latin American Roaming Art) *



Entre el mioceno y la contemporaneidad el hombre. Un ente aparecido en medio de la naturaleza, fruto de ella y su devastador.

Relaciones púbico-privadas subtienden, desde el régimen feudal a nuestros días un contrato social, como lo quiere el bueno de Rousseau, donde ellas, las relaciones público-privadas, se juegan el guión de la modernidad como si fueran buenas; como si al sostener este diálogo de representación en el espectro de la bondad, dieran cuenta de un desarrollo lógico, natural, científico, objetivo, bello que construye continuamente la idea de una estado nación, liberal o neoliberal, pero burgués a fin de cuentas, el mismo que conduce la barca de este contrato social al buen puerto del estado de bienestar.

Los que nos atrevemos con la gestión del espacio público, en el entramado de la construcción institucional, sabemos que las relaciones entre lo público y lo privado no solo tienen que ser buenas, sino sanas. Ahí donde una importante inversión de ASIACITI permite  solidificar una iniciativa y darle continuidad y figura púbica internacional, desde hace cuatro ediciones de la Residencia LARA, está también un espacio público dedicado a las Artes como el Centro de Arte Contemporáneo de la ciudad de Quito, con una inversión cierta y cuantiosa como un anfitrión seguro y generoso.

Hablaba al comienzo del mioceno, porque es la era geológica en la que se dio el surgimiento de las islas Galápagos del fondo del lecho oceánico. Su irrupción, violenta y volcánica, parece que resuena todavía en el trabajo de los artistas que veremos en esta muestra. La contemporaneidad aparece por simple evidencia de habitabilidad de nuestros días, pero también con todas las formas de explotación que el hombre ejerce sobre la naturaleza, en lo que ya muchos nombran como la nueva era del antropoceno.

Otra vez, entre mioceno y atropoceno, LARA, en el Centro de Arte Contemporáneo de la Fundación Museos de la Ciudad, mostrando valores reales como la interrelación de nuestras voces con el resto del mundo. La autoreferencialidad, campea peligrosamente en las pantallas de nuestra vida privada, nos hace olvidar a veces, de estos violentos procesos donde el planeta escupe islas a través de sus volcanes, o de cómo el hombre, escupe sobre sí mismo, víctima y victimario de esta miopía umbilical que niega la historia.

Por esto LARA es importante, porque nos permite reflexionar sobre ello, en medio de relaciones de producción sanas, entre lo público y lo privado. Para los artistas el intercambio, para el público el descubrimiento. Ya que el emplazamiento de los artistas locales, nos parece un valor real y no mediado por el sentido subjetivo con el que el hombre mide las cosas en la posmodernidad.

Bienvenidos. Para la Fundación Museos de la Ciudad, particularmente para el Centro de Arte Contemporáneo y gracias al apoyo indiscutible de la Alcaldía de Quito con el Alcalde, Mauricio Rodas, es un gusto tenerles entre nosotros y abrir estos salones para su disfrute.

*Palabras en la inauguración de la muestra.

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