lunes, 4 de abril de 2011

Yo y Tú*

El diverso que en mi respira
del otro lado del espejo,
apariencia, dolor, mímesis.

La delgada mirada que mantengo en el cristal
rápidos movimientos oculares
sueño.

La estática me abandona y el frío se convierte en la imagen de un yo que se vierte infinitamente en el azogue. Tóxico metal impregado, alimento final, deseo de supervivencia y razón.

En el yo, dibujando una caricia. Árbol silente, planta parásita que perfúmame y yo perplejo.

Velocidad de días,
la estática se cistaliza, se absorbe.
Nosotros tus, yos,
resignificando el tiempo,
solos.
¿Qué más queda?
Ya el amor será un artefacto ajeno de alguien que quedó con nuestras huellas en algún lugar de la vaga reja.

Los enlaces desaparecen y más que nunca, en el espejo, y yo en silencio que asombra, que avergüenza.

Un yo que ya no nos pertenece.

Un yo triunfal, un que no eres.





*Una lectura del texto de Martín Buber

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