jueves, 6 de enero de 2011

La República Análoga*

Historia de nuestra manoseada historicidad.

Manuela Romoleroux y Gerson Gerra
ⒸLeón Sierra (texto y foto)




De la nebulosa aparecen los hacedores.

Las formas, las ideas que nos gobiernan las hacen los hombres (más que las mujeres, lamentablemente), sus sueños y sus recuerdos. Los gobiernos parecen entonces como gigantes juguetitos para niños caprichosos que recorren sus dominios destrozando los coches de hojalata, rasurando muñecas o ensuciando ropas recién planchadas que sus madres se esmeran en producir. Las madres, las hacedoras de las repúblicas.

Hombre ilustrados, mujeres que juegan al juego del macho -o sea, ser ilustrados-, mercachifles, depresivos y revolucionarios construyen la posibilidad del sueño, cada vez, por encima de atavismos y ganándole el pulso al monstruoso hombre capital, hombre historia, hombre barbarie y muchos submundos humanos que se revelan en el proceso histórico del devenir. Hombres y mujeres en un mercado del quehacer renovador, renovando nuevas cárceles para la vida. Repúblicas refundadas en ideas propias fracasadas. La noción del fracaso como arquitecto de nuestros sueños.

Ya en las tablas, una revisión que permite una producción cara: un mes y medio de trabajo creador, en algunos casos, un lujo y en otros, un extracto o esencia del trabajo necesario para montar una creación escénica. Felizmente, los navegantes de esta nave cuentan con buen recorrido y la travesía toca tierras sin percances y algún que otro acierto y genialidad. Se agradece la liberación endémica de una puesta en escena ya en desuso: artesanía que se retira, dejando paso a cuadros clásicos que se renuevan como un fondo de armario y que proveen a la propuesta de una limpieza muy refrescante.

El mestizaje actoral, donde los diversos procederes siembra un fértil ya campo de trabajo lleno de dificultades, augura un espectáculo simultáneo, actores intentando contar lo que tienen que contar y a su vez, intentando contarlo desde el consenso creador. Las imprecisiones son apenas baches que un camino casi en atajo (procesalmente hablando), muestran en resultado lo que dialécticamente es su proceder.

Apuntes sobre la visión de La República Análoga, última producción dramatúrgica y escénica de Arístides Vargas, hombre sensible y de nuestro tiempo, director del grupo Malayerba de Ecuador y gestor de este proyecto que junta a creadores de los grupos Guillermo Troncoso, Compañía El Árbol Danza-Teatro, Centro Cultural la Casa Murga, y La Trinchera de Manta y el propio grupo Malayerba de Ecuador.

Así, el programa iberoamericano de ayudas a la creación escénica, IBERESCENA, comienza aunque con lento paso de caracol su andadura en nuestro entorno. La República Análoga, de Arístides Vargas, es una de las tres producciones que se han otorgado en la pasada convocatoria y que cuentan con un integrante ecuatoriano como contraparte de la producción, requisito indispensable para su consecución.

Así, los creadores se suman paulatinamente a las políticas culturales que los gobiernos subscriptores de estos convenios, mejor creen para desarrollar un lenguaje cultural en diálogo.


Para saber más:
http://www.iberescena.org


*Artículo publicado en el revista de análisis escénico y crítica EL APUNTADOR n∘ 45

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